21 agosto, 2012

Laura M. Antillano ( Venezuela, 1950)


He aquí madre, señora, que el comienzo de la historia ha de definirse con la primera del cuento, abuela de largas piernas blancas en su lecho de enferma.
He aquí que esta abuela tuvo también un tiempo de flores de azahar y llovizna. He aquí que la historia comienza escondida detrás de una celosía ante el asalto del caudillo de turno a aquel pueblo de piedras incrustadas.

***

Debajo de su mesa de bordar está la selva. Arriba las madejas de hilos de colores, abajo la selva. Un radio grande para oír novelas por las tardes. Ella se sienta en una silla a bordar fundas de almohadas, pañoletas o tapetes.
Debajo de la mesa está la jungla y yo me meto dentro.

***

Sale para la iglesia los domingos.
Nadie sabe lo larga que está su cabellera salvo yo.
En las noches la suelta, es gris y blanca, pasa de su cintura.
En las mañanas la enrolla lentamente y va disminuyendo su longitud, la sube a la cabeza y prende su peineta.
A mí me lleva con ella, a veces.
Cuando me deja quedo vagando por la casa, entro a la cocina a mirar la piedra, el lavandero.
O paso largas horas mirando los canarios en sus jaulas, allá en el comedor.

***

La madre-abuela cantaba a veces con su guitarra y recordaba historias desconocidas. Hasta que un día se cansó. Se cansó del viejo, se cansó del hambre, de la muerte, de sus canciones, se cansó y se fue lejos, al monte, y se escondió.
Y el viejo abuelo-padre salió a buscarla con los campesinos del conuco y buscó y buscó hasta encontrarla. Estaba sentada sobre un tronco leñoso y lloraba. Lloraba.

de Perfume de Gardenia (1980) es una novela hecha de pequeños cuentos e imágenes poéticas.


Laura Antillano, una de las escritoras venezolanas contemporáneas más prolíficas, ha incursionado en el cuento, la novela, el ensayo y la narrativa infantil. Su producción literaria se inicia cuando apenas salía de la adolescencia y continúa en actividad. Como narradora ha publicado siete libros de cuentos: La bella época (Caracas: Monte Ávila, 1969), Un largo carro se llama tren (Caracas: Monte Ávila, 1975), Haticos casa No. 20 (Maracaibo: Universidad del Zulia, 1975), Dime si adentro de ti no oyes tu corazón partir (Caracas: Fundarte, 1983; reeditado en 1992), Cuentos de película (Selevén: Caracas, 1985; reeditado en 1997 en Caracas por la Fundación Cinemateca Nacional), La luna no es de pan-de-horno (Caracas; Monte Ávila, 1988), Tuna de mar (Caracas: Fundarte, 1991). Tiene tres novelas: La muerte del monstruo come-piedra (Caracas: Monte Ávila, 1971; reeditado en 1996 en Maracay por La letra voladora), Perfume de gardenia (Caracas: Selevén, 1982 y 1984; con una tercera edición en 1996 en Valencia, por el Rectorado de la Universidad de Carabobo y La letra voladora) y Solitaria solidaria (Caracas: Planeta, 1990; reeditada en 2001 en Mérida por Ediciones El otro, el mismo). Ha publicado también el hermoso relato infantil Diana en tierra Wayúu (Caracas: Santillana, 1992). Además tiene otro libro de cuentos y dos novelas inéditos.

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