¨Es verdad que al narrar un cuento cada escritor revela partes dolorosas o felices de su vida. No sé si lo hace para remembrar sus vivencias y a través de la escritura sentir nuevamente correr la sangre por sus venas, o si lo hace para alertar de un peligro. En mi caso ambas razones manchan de tinta el papel.¨
Patricia Romana Bárcena, de: Sin Rumbo
Leyenda familiar
El niño está tranquilo, duerme toda la noche y sonríe cuando Zenaida lo acaricia o cuando el abuelo se acerca...Ya pasará el tiempo que todo lo cura. Cuando crezca el nieto les traerá alegrías. Dolores era una mujer difícil y de ideas arraigadas. No le cuadraba el yerno ni la vida que le daba a su hija. "Perro que ladra no muerde". Lola no acostumbraba los gritos, con la voz bajita metía buenos fregadazos. Ya le había dicho a Zenaida que el marido que había escogido no le iba a servir pa nada. Por eso se apartaron de la familia y se hicieron un cuarto lejos. Dolores no iba a dejar de ver a su hija y se hacía tiempo para visitarla. Con el pretexto del niño que venía en camino se le presentaba con comida y centavos, aprovechando cualquier ocasión para hacer sentir poca cosa a Genaro. Y el otro, de pocas pulgas, arremetía contra la suegra tras las faldas de Zenaida. Genaro sí era de gritos y manotazos, pero no frente a Dolores.
Así las cosas no tenían pa cuándo arreglarse. Lucio tampoco veía en Genaro un buen hombre para su hija; como estaba contenta se conformaba. Dolores sentía que, en el fondo, su hija no estaba a gusto y que se aguantaba pa no rajarse. Esa era su creencia y de ahí nadie la sacaba. Por eso pudo ser ella la que enterró el cuchillo en el pecho de Genaro, pa luego quitarse la vida que con semejante culpa se convertiría en infierno. Sólo Dios sabe quien de los dos murió primero, porque el miedo de Genaro al ver a su hijo en los brazos de Dolores lo pudo llevar a todo.
A fin de cuentas Zenaida no quedó sola, tiene la fortaleza para criar a su hijo y cuenta con su padre. De esos grandes amores que no supieron amarla, no guarda malos recuerdos. Cualquiera que haya iniciado la muerte tuvo el valor de quitarse la vida. Por eso Zenaida les lleva flores a sus tumbas, y le ha contado a su hijo que una tarde muy fría su padre y su abuela, que tanto lo querían, fueron juntos a cortar leña; cuando venían de regreso un hombre a caballo les arrebató la leña y la vida...Como el niño no recuerda ni a su padre ni a su abuela, no siente ninguna pena cuando escucha esa leyenda.
Nace en México en 1952. Maestra especialista en audición y lenguaje. Subdirectora de la revista literaria "Al margen", www.almargen.net, miembro activo del club "La pluma del ganso", colaboradora en las revistas: Navegaciones zur y Actualidades educativas. Creadora de artículos y ensayos sobre educación y cultura. Directora de cultura de la asociación de residentes de Las Arboledas.
Obras publicadas: Traición al diablo. De suerte, amor, honor y muerte. La noche del nucú. Los cuentos de la romana. Largas historias en textos breves. Moneda al aire( en proceso de Edición).
2 comentarios:
super mejicano, leyenda y drama esencias de esa cultura.
Bueno
Javi
BUENO E INTRIGANTE: me atrapó.
m:)
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