25 febrero, 2013

Cecília Meireles (Río de Janeiro 1901-1964)

El ángel de la noche *
(crónica)




A las diez y media, el guarda nocturno entra en servicio. Ladra el perrito del portón en primer plano; ladra el perro más viejo del patio, en el segundo plano: de plano en plano, hasta el bosque, grandes y pequeños canes murmuran, aúllan, ululan, en la densa oscuridad de la noche todos sobresaltados por el trinar del silbato del guarda nocturno. Por el mismo motivo se hace un intervalo en el jardín, entre los insectos que seseaban y susurraban en los follajes: ¿qué nuevo bicho es ese, que comienza a cantar con una voz que ellos juzgan conocer, que se parece a la suya, pero que se eleva con una fuerza gigantesca?
Paso a paso, el guarda nocturno va subiendo la calle. Ya no pita: va caminando reposadamente, como quien pasea, como un poeta en una alameda silenciosa, bajo árboles en flor. Así va andando el guarda nocturno. Si la noche está bien sosegada, se puede oír su mano sacudir la caja de fósforos, y hasta adivinar, con buen oído, cuántos fósforos hay allí. Los perros enmudecen. Los insectos recomienzan a sesear.
El guarda nocturno mira hacia las casas, hacia los edificios, hacia los muros y enrejados, hacia las ventanas y los portones. Una pequeña luz, allá arriba: hace varias noches, aquella claridad vaga en la ventana: ¿es una persona enferma? El guarda nocturno camina con delicadeza, para no asustar, para no despertar a nadie. Allá van sus pasos sosegados, acompasados, cosiendo su sombra con la piedra de la vereda.
Imprecisos rumores de tranvías, de ómnibus, los últimos vehículos, ya somnolientos que van y vuelven casi vacíos. El guarda nocturno, que pasa junto a las casas, puede oír todavía la música de alguna radio, el llanto de algún niño, un resto de conversación, alguna carcajada. Pero va andando. La noche es serena, la calle está en paz, la luz de la luna pone una niebla azulada en los jardines, en las terrazas, en las fachadas: el guarda nocturno se detiene y contempla.
Por la noche, el mundo es bonito, como si no hubiese desacuerdos, aflicciones, amenazas. Hasta parece que los enfermos son más felices: esperan dormir un poco en la suavidad de la sombra y del silencio. Hay muchos sueños en cada casa. Es bueno tener una casa, dormir, soñar. El gato retrasado que vuelve apresurado, con cierto aire de culpa, en un salto exacto sortea el muro y desaparece: él también tiene su rinconcito para descansar. El mundo podía ser tranquilo. Las personas podían ser amables. Sin embargo él, el guarda nocturno, trae un revólver en el bolso, para defender una calle...
Y si un pequeño rumor llega a su oído y un bulto parece surgir en la esquina, el guarda nocturno vuelve a pitar largamente, como quien va soplando un largo collar de cuentas de vidrio. Y recomienza a andar, paso a paso, firme y cauteloso, disipando ladrones y fantasmas. Es la hora profunda en que los insectos del jardín están completamente extasiados, por el perfume de la gardenia y la blancura de la luna. Y las personas adormecidas sienten, dentro de sus sueños, que el guarda nocturno se está ocupando de la noche, vagando por las calles, ángel sin alas, pero armado. 



O anjo da noite
(crônica)

        Ás dez e meia, o guarda noturno entra de serviço. Late o cãozinho do portão no primeiro plano; ladra o cão maior do quintal, no segundo plano: de plano em plano, até a floresta, grandes e pequenos cães rosnam, ganem, uivam, na densa escuridão da noite todos sobressaltados pelo trilhar do apito do guarda-noturno. Pelo mesmo motivo, faz-se um hiato no jardim, entre os insetos que ciciavam e sussurravam nas frondes: que novo bicho é esse, que começa a cantar com uma voz que eles julgam conhecer, que se parece com a sua, mas que se eleva com uma força gigantesca?
  Passo a passo, o guarda-noturno vai subindo a rua. Já não apita: vai caminhando descansadamente, como quem passeia, como quem pensa, como um poeta numa alameda silenciosa, sob árvores em flor. Assim vai andando o guarda-noturno. Se a noite é bem sossegada, pode-se ouvir sua mão sacudir a caixa de fósforos e até adivinhar, com bom ouvido, quantos fósforos estão lá dentro. Os cães emudecem. Os insetos recomeçam a ciciar.
O guarda-noturno olha para as casas, para os edifícios, para os muros e grades, para as janelas e os portões. Uma pequena luz, lá em cima: há várias noites, aquela vaga claridade na janela: é uma pessoa doente? O guarda-noturno caminha com delicadeza, para não assustar, para não acordar ninguém. Lá vão seus passos vagarosos, cadenciados, cosendo a sua sombra com a pedra da calçada.
Vagos rumores de bondes, de ônibus, os últimos veículos, já sonolentos que vão e voltam quase vazios. O guarda-noturno, que passa rente às casas, pode ouvir ainda a música de algum rádio, o choro de alguma criança. Mas vai andando. A noite é serena, a rua está em paz, o luar põe uma névoa azulada nos jardins, nos terraços, nas fachadas: o guarda- noturno pára e contempla.
À noite, o mundo é bonito, como se não houvesse desacordos, aflições, ameaças. Mesmo os doentes parece que são mais felizes: esperam dormir um pouco à suavidade da sombra e do silêncio. Há muitos sonhos em cada casa. É bom ter uma casa, dormir, sonhar. O gato retardatário que volta apressado, com certo ar de culpa, num pulo exato galga o muro e desaparece: ele também tem o seu cantinho para descansar. O mundo podia ser tranqüilo. As pessoas podiam ser amáveis. No entanto, ele mesmo, o guarda-noturno, traz um bom revólver no bolso, para defender uma rua...
E se um pequeno rumor chega ao seu ouvido e um vulto parece apontar na esquina, o guarda-noturno torna a trilar longamente, como quem vai soprando um longo colar de contas de vidro. E começa a andar, passo a passo, firme e cauteloso, dissipando ladrões e fantasmas. É a hora muito profunda em que os insetos do jardim estão completamente extasiados, ao perfume da gardênia e à brancura da lua. E as pessoas adormecidas sentem, dentro de seus sonhos, que o guarda-noturno está tomando conta da noite, a vagar pelas ruas, anjo sem asas, porém armado.

CRÓNICA DE CECÍLIA MEIRELES
en:




*Traducción al Español de Grupo Conestabocaenestemundo.



No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...