17 octubre, 2011

Clarice Lispector (Ucrania-Brasil,1920-1977)


Quien mucho agrada, desagrada

Nunca he oído este proverbio, creo que acabo de in­
ventarlo. Pero vas a ver cómo este proverbio, inventado o
no, se aplica a las personas que conoces: las que quieren
agradar a cualquier precio. Entonces se vuelven «encanta­
doras». Intentan adivinar los mínimos deseos de los otros.
Intentan elogiar de cualquier forma. Empiezan también
a mostrar que se sacrifican a cada momento. Este tipo en­
cantador pesa en el alma de los demás. En una palabra:
desagrada.
Si se consigue ser uno mismo y estar a gusto, se permite
a los otros ser ellos mismos y estar a gusto.
(...)


Apariencia: todo tiene remedio
¿Eres «moralmente» tan anticuada que consideras la va­
nidad femenina una frivolidad? Ya deberías saber que las
mujeres quieren sentirse guapas para sentirse amadas. Y
querer sentirse amada no es una frivolidad.
Si piensas que «has nacido» así y que no tiene remedio,
ten la seguridad de que estás desistiendo de algo muy im­
portante: de tu propia capacidad de atraer. ¿Quieres saber
algo? La obesidad tiene remedio. El pelo sin vida tiene
remedio. Una cara sin gracia tiene remedio. Todo tiene re­
medio.
¿La solución? La solución es no ser una mujer desanima­
da y triste. Y la otra solución es tener como objetivo ser «tú
misma», pero más atractiva, y no alcanzar un tipo de belleza
que nunca podría ser el tuyo

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