19 noviembre, 2010

Rachel de Queiroz(Brasil, 1910-2003)


El rompimiento (fragmento)
"Frente a la mesa, a unos tres metros de distancia, había apenas un sillón de madera, supuestamente destinado a banquillo de los acusados, o más bien, al reo, que sería yo. El negro –le llamo así porque tampoco nunca supe su nombre– se presentó en pantalón y camiseta sin mangas, de esas que sólo se veían entonces en los estibadores del muelle del puerto. Quizá se vistiese así como signo de su gran politización. Los dos que le flanqueaban usaban ropas comunes. Yo, obediente, me senté en el banquillo de los acusados. El presidente, declarando que acababa de llegar de la Unión Soviética (ellos jamás decían Rusia), traía órdenes expresas de corregir las desviaciones de los intelectuales. Afirmó haber leído atentamente mi novela. Y concluyó que no podía recibir permiso para publicarse sin hacer importantes modificaciones en la trama, cargada de prejuicios contra la clase obrera. Por ejemplo: una de las heroínas, muchacha rica, rubia, hija de un hacendado, era una doncella intocada. En cambio la otra, de clase inferior, era prostituta. Yo debería, entonces, hacer de la rubia la prostituta y de la otra la muchacha honesta. João Miguel, "campesino", borracho, asesinaba a otro "campesino". El muerto debería ser João Miguel, y el asesino pasaría de "campesino" a patrón. Igualmente me indicó otras modificaciones menores, terminando por sentenciar: "Si no se hacen esas modificaciones básicas, no podemos permitir que la compañera publique su novela."
Tenía él en sus manos, en un rollo de papel ceniciento, la única copia del libro que yo poseía, mal mecanografiada por mí misma, en mi vieja Corona. Me levanté, parsimoniosamente, del banquillo. Llegué a la mesa, extendí la mano y pedí los originales para que pudiese trabajar las modificaciones exigidas. El hombre, severo, me entregó el rollo. Yo miré para atrás y vi que estaba abierta la puerta del galpón, su única salida. Y, en vez de regresar al banquillo, avance hasta la mitad de la sala, giré para la mesa y dije en voz alta y tranquila: "¡Yo no reconozco en los compañeros condiciones literarias para opinar sobre mi obra. No voy a hacer ninguna corrección. Y pásenla bien!"
Me dirigí hacia la puerta y eché a correr. En verdad, yo estaba muriéndome de miedo en aquel local solitario, con aquellos hombres mal encarados. Para mi buena fortuna, en la parada junto a la calzada, un tranvía estaba parado y a punto de partir. Me tomé de las asideras, subí al tranvía ya en movimiento y me senté entre victoriosa y aterrorizada".



precario resultado (como se volvió evidente), incorporar
el lenguaje que hablo y escucho en mi ambiente nativo a la
lengua con la que gano la vida en las hojas impresas. No
que lo haga por novedad, apenas por necesidad. 
Mi pariente José de Alencar casi un siglo atrás vivía
peleando por eso e hizo escuela."


http://www.releituras.com/racheldequeiroz_bio.asp


Rachel de Queiroz, Fortaleza, 17 de noviembre de 1910 — Río de Janeiro, 4 de noviembre de 2003, fue una traductora, escritora, periodista y dramaturga brasileña. Autora destacada de la ficción social nordestina.
Rachel era hija de Daniel de Queiroz Lima y de Clotilde Franklin de Queiroz, descendente por la rama materna de la familia de José de Alencar. En 1917, su familia escapó de la sequía a Río de Janeiro, después a Belém de Pará, regresando dos años después a Fortaleza.
En 1925 concluyó el curso normal en el Colegio de la Inmaculada Concepción. Publicó por primera vez en el periódico O Ceará, escribiendo crónicas y poemas de carácter modernista con el seudónimo de Rita de Queluz. En ese mismo año publicó en forma de folletín su primera novela História de um Nome.
A los veinte años, fue conocida nacionalmente al publicar O Quinze 1930, novela que muestra la lucha del pueblo nordestino contra la sequía y la miseria. Demostrando preocupación con las cuestiones sociales y habilidad en el análisis sicológico de sus personajes, teniendo un papel destacado en el desarrollo de la novela nordestina.
Ya como escritora consagrada, se trasladó a Río de Janeiro en 1939. Ese mismo año fue galardonada con el Premio Felipe d'Oliveira por el libro As Três Marias. Escribió todavía João Miguel 1932, Caminhos de Pedras 1937 y O Galo de Ouro 1950.
Lanzó Dôra, Doralina en 1975, después lanzó Memorial de Maria Moura 1992, saga de una cangaceira nordestina adaptada a la televisión en 1994. En su juventud tuvo tendencias izquierdistas, siendo encarcelada en 1937, en Fortaleza, acusada de ser comunista. Ejemplares de sus novelas fueron quemados en apoyo a la dictadura militar que se instauró en Brasil en 1964. Publicó un volumen de memorias en 1998. Murió en su apartamento, unos días antes de cumplir los 93 años.

01 noviembre, 2010

Eugenia Prado Bassi (Chile, 1962)






Objetos del Silencio, novela (fragmento)


El hermano menor
Qué me haces que siento que me muero… 
a mis nueve, tú tenías once, eras de los hermanos el mayor 
¿qué me haces, que siento que me muero? que me agoto y ya no puedo levantarme y la luz de 
la mañana me encandila y me pone tan triste, ¿qué me haces, cuando éramos tan niños? ¿por 
qué me duele ahora la idea que me sitúa como presa única de tus movimientos feroces?, ¿por 
qué me besas?, me besas tanto, ¿por qué lo haces con tanta insistencia? ¿por qué me tocas?, 
me chupas tanto, que casi me gusta cuando lo haces y la costumbre a tus hábitos me obliga a 
soñarte, te sueño en pesadillas con los ojos brillantes, repasando cada movimiento que me 
vulgariza de tu hostilidad, ahora de crecido entiendo lo que hacías, sé que poco a poco fuiste 
poniéndome todo esto en la cabeza, aún así te atreves a negarnos, niegas el placer del primer 
día, de nuestro primer día, y yo sin poder entender cómo podrías no privilegiar entre tus 
recuerdos el momento exacto de ese día, cuando tú y yo, atrapados frente al espejo, 
enceguecíamos bajo la fuerza de extrañas imágenes, pero todo cambió de un momento a otro 
y pude ver cómo te instalabas en mí con inesperada certeza, me revelaste el secreto de la 
verdadera fuerza, ese primer día, tú y yo nacíamos para la vida, descubriendo sueños que 
revolotearon en nuestras cabezas, sueños de cuerpos conmovidos, anticipando los deseos que 
dibujarían el cómo iría dándose todo entre nosotros, pronto nos amamos sin escape, 
confundidos y desnudos, repletos y cercados,  nuestros cuerpos crecieron, mas uno siempre 
escapaba indistintamente bajo el consentimiento de una suerte de misterio, como si los 
ángeles del cielo hubiesen advertido nuestro intenso amor en el acecho de las pupilas 
dilatadas del que escapa, el espacio de la  infancia se hizo sofocante cuando apareció 
definitiva y rotunda la presencia de nuestra madre, nuestro inmenso amor, amparado bajo sus 
miradas y todos mis recuerdos de cuando no peleábamos, cuando nunca lo hacíamos, al ver a 
nuestra madre, toda ella, sonreír, fuimos creciendo, descubrí que  lo que hacíamos te 
avergonzaba, y yo, de pudores me ponía triste y tan perdido, tú me habías iniciado y eras tú 
quien anteponía semejante distancia, ¿te avergüenzo? ¿te avergüenzo de mis sueños? ¿te 
avergüenzan estos sueños míos? aún cuando por las noches sigo el movimiento de tus labios 
que chupan sin tregua, cuando exhausto y sin deseos trato de quitarme la dureza y que se 
calme, que se me calme la dureza de ahí abajo, cuando con enorme furia chupas el músculo 
atrapado por tus labios, sé que todos mis sueños ahora te avergüenzan, mis labios chupan, mi 
boca, puedo verte huidizo resbalar adentro de mi boca, y me gritas que siga, que lo haga más 
rápido, y yo, no pudiendo contener la respiración agitada, voluptuosos ardemos y el deseo nos 
estalla, intento quedarme quieto, espero con horror la proximidad de otro de tus estallidos, 
tiemblo, te estremeces, nuestra infancia toda, colmada de placer… 
El hermano mayor
Mi adultez se construye desde una precaria  lucha entre fuerzas antagónicas. Vivímos una 
infancia atrapada, cercados entre muros de habitaciones enormes, nuestra casa era una 
fortaleza sellada para el mundo. Despierto  atrapado por deseos que desconozco, corro a 
encerrarme en el baño, con todo creciéndome entre las piernas, sin que nadie, ningún adulto 
lo advierta. Me quito el pijama, mis manos se deslizan por mis muslos, el torso, los brazos, 
buscan las manos hacia abajo, recorren, cerca del ombligo, incómodo tiemblo de aquello que 
pulsa y me agita por dentro, mi sexo palpita, reacciona, crece...




*Editorial Cuarto Propio, Noviembre 2007 

Escritora, dramaturga.
1987 “La Prisionera del Bosque” Creación y diseño, cuento Infantil Ilustrado
1987 “El Cofre” Novela Experimental, Ediciones Caja Negra
1996 “Cierta Femenina Oscuridad” Novela/Dramaturgia, Editorial Cuarto Propio
1998 “Lóbulo” Novela Editorial, Editorial Cuarto Propio
2000 “El Cofre re-edición” Novela Visual, Surada Gestión Editorial.
2003 “El Principito” Letras de canciones. Cía. La Tirana, dirección Jorge López.
2003 “Dos personajes” Dramaturgia. Cía. Doutdes Teatro. Dirección Karina Bacelli. Seleccionado en
los finalistas del Festival Pequeño Formato, Universidad Finis Terrae.
2003 “Cierta Femenina Oscuridad” Dramaturgia. Cía. Doutdes Teatro. Dirección Karina Bacelli.Estreno Centro Cultural de España.
2004 “Hembros: novela instalación” Artes Integradas. Galpón Víctor Jara. Dirección Colectivo de Artes Integradas. Instalación mulitimedia, que entre sus disciplinas incluyó: música original,teatro, danza, audiovisual, y plástica.
2004 “Amortajadas cárceles” Dramaturgia. Cía. Doutdes Teatro
2005 “Desórdenes Mentales” Dramaturgia, 2005. Dirección Alejandro Trejo. Estreno Casona Nemesio Antúnez
2007 “Objetos del Silencio” Novela, Editorial Cuarto Propio.
2008 “Menú del Día” Dirección Dirección: Adriana Cataldo López. Municipalidad de Conchalí
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